No way (3.Capítulo)

3.Capítulo
- Son las ocho de la tarde… ¿Qué plan hay para tres chicas perdidas por la calle a estas horas? - pregunta Amaia con ganas de fiesta
- Vamos a tomarnos algo y a casa, que estoy muerta - dice Ángela, con la que estoy de acuerdo.

Yo creo que el mejor bar a donde podemos ir es el “Buzz”. Es un sitio relajado, donde nos podemos tomar unas cervezas tranquilamente y, por lo menos, sin escuchar gemidos. Y mis réplicas han sido escuchadas. Hacia el “Buzz” nos dirigimos.

-¿Qué queréis tomar? - pregunta el camarero acercándose a nuestra mesa.

Tiene la mirada fija en el bloc de notas y solo veo una cara y brazos pecosos. Me recuerda a alguien… pero no, no puede ser.

- ¿Y tú qué haces trabajando aquí? - pregunta riéndose Amaia.

No, no es él, no puede ser él.

- ¿Eh? - levanta la cabeza y… si, es él. ¿Me lo tengo que encontrar en todos los sitios. Este bar me encantaba, pero parece que no volveré a pisarlo en mucho tiempo.
- Danny… - ríe también Ángela.
- ¡Hola, guapísimas! - que asco me da cada vez que piropea de esa manera. - ¿Qué os pongo? - sonríe.
- Pues a nosotras dos cervezas. - contesta Amaia.
- Hecho, ¿Tú que quieres guapa? - me mira a mí. ¡Me está mirando a mi!
- Otra cerveza. - contesto sin levantar la cabeza.
- Ahora mismo. Y tranquila, que yo no te lo tiraré encima.- y marcha. Que extraño, esto ya lo he vivido antes…
- Por lo que veo… sigues pilladísima por él - me dice Ángela.
- ¿Yo?
- No, tu vecina.
- Que va…

Ángela y Amaia se miran y comienzan a reírse. Estúpidas. Y ya llega el con las tres cervezas. Es patético como anda con la bandeja en la mano a punto de caerse.

- Aquí tenéis… ¿Os importa qué me siente con vosotras un rato? Creo que me merezco un rato de descanso…

¡Esto ya lo he vivido! ¡Seguro!

- Claro, siéntate - le ofrece Ángela echándome una mirada pervertida - ¿Llevas mucho tiempo trabajando aquí o qué?
- ¿Qué hora es?

Lo que os decía, además de ridículo es tonto.

- Las ocho y media - contesta Amaia algo confundida.
- Pues llevo exactamente 14 minutos trabajando aquí - dice sonriente. - Por cierto, estás muy guapa hoy - Le miró y me pierdo. ¡No! ¡Soy tonta! ¡Nunca hay que mirarle a los ojos! Esos ojos azules tan… ¡Ya vale!
- ¿Me lo dices a mí?
- No, a tu vecina.

¿Qué tienen todos con mi vecina hoy? Ángela y Amaia se ríen. Parecen tontas.

- Están en la mesa del fondo los demás ¿Por qué no os sentáis con ellos?
- Me parece buena idea

Es de todo menos buena idea.

- Seguidme. - dice sonriente. - Si os ponéis detrás de mi gozareis de buenas vistas - ríe.

Mis dos amigas se ríen, pero a mi no me hace ni un poquito de gracia. Por desgracia, ya ví todo lo que tenía que ver de él en su momento.

- ¡Mirad a quienes traigo!
- ¡Chicas! - grita Harry.
- No te emociones… que vas a seguir a pan y agua - se ríe Tom. Harry se enrojece.
- Sentaros, voy a buscar más sillas - se ofrece Dougie levantándose.
- Que lo haga el nuevo camarero que es su trabajo.
- Que te den Harry, voy a seguir trabajando.

Cuando Danny se aleja, empiezan las apuestas.

- Como decía… Una semana y soy optimista - dice Harry
- Yo creo que un mes… - le sigue Tom.
- ¿De qué habláis?
- De lo que durará Danny en este trabajo. - Dice Dougie cuando vuelve con una silla en cada mano.
- Me apunto, quince días. - Se une Amaia.

Al parecer, esta noche va a ser más larga de lo que creía…

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