jueves, 23 de diciembre de 2010

No Way (5.capítulo)

5.Capítulo
- ¿Qué pasa? - me pregunta confundido.
- Mira… - señalo la corbata.
- Si es usted tan amable de explicármelo...
- Joder, pareces tonto… ¡Y no me pongas cara de pena! - ríe, se pensará que lo de tonto lo digo en broma - A ver… que puede significar una corbata en el pomo de la puerta de una casa compartida…
- No me preguntes esas cosas que ya sabes que pienso mal.
- SIEMPRE piensas mal y para una vez que debes hacerlo…
- Ya entiendo… ¿Y qué piensas hacer?
- Mañana hablaré con Miri, ya es hora de que sienta la cabeza…
- Te preguntaba ahora.
- Pues cortarles el rollo ¿Qué otra cosa puedo hacer? Estoy cansada y mañana tengo que trabajar.
- Puedes venir a mi casa a dormir - susurra.
- Ni lo sueñes.
- ¡Vamos! No seas borde ¿Sabes lo que jode que te corten el rollo?
- No, pero si se lo que jode despertarte al día siguiente sola…
- Me has prometido que lo ibas a olvidar.
- Tú has dado por hecho que lo iba a olvidar. Es distinto.
- ¿Y si te lo pido de otra manera? ¿Quieres venir a mi casa e intentamos hacer las paces?
- Está bien… - me doy por vencida, me consuela pensar que Harry, Tom y Dougie seguirán de juerga.

No sé para qué pienso nada. A sido entrar en casa y no oír nada… No se oye música, ni gritos, ni risas… ¡Ah! ¡Oigo algo! Falsa alarma… son ronquidos.

- Es Harry - me informa Danny.
- ¿Y dónde se supone que voy a dormir hoy?
- En mi cama.
- ¡¿Ves?! ¡No se puede confiar en ti! Pues no te pienses que estoy tan borracha como para volver a meterme en tu cama.
- ¡¿Ves?! Estás todo el rato a la defensiva.
- Como para no estarlo contigo, me voy.
- ¿Me dejas decirte algo?
- ¡Qué! - grito ya cabreada.
- Me refería a que tú puedes dormir en mi cama y yo en el sofá para que no duermas incomoda… - dice avergonzado.

Siempre la cago. Siempre, siempre y siempre. Así de bocazas soy yo.

- Danny…
- Tranquila, ya me tienes acostumbrado. Tienes en el cajón de arriva unas sabanas limpias, por si te da asco o algo dormir en la cama en la que duermo yo.
- Pero… No es eso…
- Entonces, ¿Qué te pasa conmigo? Te lo he explicado mil veces y más, te he pedido perdón otras milo veces y sigues evitándome, dejándome en ridículo o tomándome como tonto.
- Es que ya no me fío de ti. Sé que para ti solo fui un rollo de una noche, pero antes te consideraba mi amigo y ahora no puedo confiar en ti.


*Flasback*

- ¿Tenéis todas las entradas? - pregunta Amaia animada.
- ¡Sí! - gritamos Ángela, Miri y yo.
- Esta noche va a ser una pasada - dice Miri.

En la fiesta hay chicos, bebida, comida, bebida, amigos, bebida, globos y bebida. ¡Mira! ¡Bebida! Vamos las cuatro juntas a coger una copa cuando otros cuatro chicos, ya un poquito bebidos, se ponen en medio.

- ¡Chicaaaas! - grita Doug.
- Hola Dougie - se ruboriza Ángela.

Algún día le dirá que está completamente enamorada de él. Algún día… Puede que hoy sea el día ya que solo veo bebidas a nuestro alrededor.

- Gracias Danny por conseguirnos las entradas - le sonrió a mi mejor amigo.
- De nada - dice orgulloso enseñando hasta las encías.

La fiesta es en la casa de Jane, la más guapa, la más popular, la más pija y la más odiada (aunque la gente te haga pasar por sus amigos). Una de las mejores casas de todas la ciudad, esa es la casa de Jane. Y ahí estamos ahora mismo, gracias a unas entradas que Danny con sus “contactos” nos ha conseguido. Solo tuvo que ponerle un poco de ojitos a Jane para que le diese otras cuatro entradas.

*Fin flasback*

- Se que fuimos muy buenos amigos, sabes que yo no hice nada que tu no supieras, pero… no entiendo como pudiste romper una amistad como la nuestra por un simple… - se traga las palabras.
- Dilo, polvo. Por un simple polvo.
- Así es. - agacha la cabeza.

*Flasback*

- Vamos a por algo de bebida ¿no? - dice Miri con ganas de fiesta.
- Vamos, vamos, vamos - contesta Harry.

Una, dos, tres, cuatro… diez, once, doce… veinte, veintiuno… Buff… he perdido la cuenta de todo lo que he bebido.

- Danny, te quiero.
- Yo más.
- No, yo más.

Nuestros amigos se ríen, pero me da igual, le quiero mucho, mucho, mucho…

- Ven, quiero decirte una cosa…

Me coge de la mano y me arrastra asta el piso de arriva. Una puerta gigante (si, si, gigante, de unos dos metros) está ante nosotros y tiene un cartelito que, claramente a escrito Jane, pegado. “Prohibido, solo personas autorizadas”. ¿De qué va esta tía? Danny, con un poco de fuerza, consigue abrir la puerta.

- ¿Qué… es… esto? - consigo decir mientra no paro de hipar.
- Mola ¿eh?

3 comentarios:

  1. ayyy pobre... con razon esta enfadada con el, estoy deseando leer el proximo y saber q pasara con ellos =)
    un besooo ;)

    ResponderEliminar
  2. Suele pasar... aunque no sé, la gente se lanza a una habitación sin pensárselo y sinceramente, no mola. Valoro bastante la amistad y no la querría romper por nada, pero es que directamente no me hubiera liado un día y ya, con lo cual... pero bueno.
    Un saludo!!

    ResponderEliminar
  3. Diossssss me encanta la historia:D te sigo pero ya!
    pásate:D un beso, Feliz Navidad.
    imaginateimaginando.blogspot.com

    ResponderEliminar